Una mañana de finales de septiembre… digamos que uno de esos días en que el tardío verano se funde con el incipiente otoño.
Los días aún son cálidos, con esa calidez fresca que despide el bochorno y los largos días del periodo estival.
La naturaleza se prepara para su catarsis y una explosión de vida frugal y delirante recorre las venas y los músculos de la tierra.
Frutos de Otoño, higos, moras, granadas…. frutos salvajes que encontramos en campos y bosques, nos anuncian que el mundo tal y como lo vemos cambiará en breve de color y forma.
Bienvenido seas, Otoño.
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