Suelo preguntarme de donde viene la inspiración y de donde provienen las ideas que nos empujan a hacer ciertas creaciones.
Es bueno rodearse de arte y cosas bellas.
Tengo un calendario en mi oficina con las pinturas de Vincent van Gogh, y cuando vi el retrato de Camille Roulin, quedé absolutamente cautivada por su expresión, tan seria y grave para un niño de su edad.
Y sobre todo por su mirada … introspección pura … a través de sus profundos y brillantes ojos, se intuye un gran mundo interior, todo un universo de pensamiento infantil que el genio de van Gogh, supo captar tan bien.
Espero que podáis entrever la esencia del pequeño hijo del cartero, amigo del artista, en las fotos que vienen a continuación.
En absoluto fue mi intención copiar el maravilloso retrato, pero dejé que el espíritu de Camille, Vincent y esos tiempos, anduvieran cerca de nuestros pensamientos.
En este último retrato, le pedí a Guillem Arnau que sonriera, que fuera feliz… estoy segura que pese a la preocupación o tristeza que refleja Camille en la pintura de van Gogh, debía de ser un niño risueño y alegre, no podría de otra manera, con tan ilustre amigo en la familia.
Genial!!! És un nen preciós i les fotos son espectaculars!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
M’agrada que t’agradi! ♥