Dispones los elementos y los colocas en un lienzo.

El lienzo es el cielo que aparecerá desenfocado y dependiendo de la luz y los colores del momento, obtendrás una u otra imagen.

Estas fotografías están tomadas al atardecer, con la cálida luz crepuscular.
En una, aprovecho “el elemento” luna, que el desenfoque abstrae y aparece como un círculo de color entre las plantas.
En la otra, las montañas lejanas, se disuelven con el cielo y se degradan del negro más oscuro al rojo inflamado de la puesta de sol.

Las posibilidades de crear son infinitas y el resultado suele ser minimalista y bello.